Reclamamos a las Administraciones que frenen la pérdida de terrenos agrícolas y de pastos por nuevas infraestructuras o proyectos de generación de energía en suelo cultivable o pastable.
Mientras los dirigentes políticos no se cansan de repetir que la agricultura y la ganadería son esenciales, denunciamos que las políticas que se adoptan afectan gravemente a medio y largo plazo al territorio rural, siendo insostenibles para las actividades agrícola y ganadera.
Entre los terrenos más fértiles del valle riojano circulan la vía férrea, la N-232, la Autopista AP-68, la Autovía A12 y la N-120 (que conserva su antiguo trazado en Navarrete, de Ventosa a Alesón y de Hormilla a Santo Domingo de la Calzada). No entendemos que cuando quedan cinco años para la liberación de la autopista, lo que articulará todo el tráfico por el valle del Ebro con sus correspondientes accesos, las autoridades sigan con sus intenciones para desdoblar la nacional 232, ocupando terrenos de gran valor agrario en una zona especialmente productiva.
También está sobre la mesa de los despachos políticos la posibilidad de construir una nueva vía de tren, con un nuevo trazado, que ocuparía de nuevo cientos de hectáreas de terreno agrario. Nos oponemos a que se vuelvan a destrozar hectáreas y hectáreas de los terrenos más productivos de La Rioja, en lugar de mejorar el trazado existente que discurre al lado del Ebro.
La sobrepoblación de fauna que estamos sufriendo también afecta al uso agrario del suelo, pues es imposible poder llevar adelante cualquier cultivo o rebaño, si de la noche a la mañana es destrozado por los animales, sin posibilidades, en muchos casos, de poder asegurar los daños. Los poderes públicos tienen la obligación de evitar que ciertas especies se conviertan en una auténtica plaga, como está ocurriendo en estos momentos.
Tampoco aceptamos que grandes empresas energéticas pretendan arramblar con el suelo que ahora tiene un uso agrario para crear nuevos macroparques solares y eólicos, afectando a los precios de la tierra, forzando a la expropiación para nuevos tendidos eléctricos y cambiando un paisaje rural que debe ser mantenido. Proponemos que, si fuera necesaria tanta generación de energía desde La Rioja, se haga en terrenos que no se dedican al cultivo o al pastoreo de ganado.
Todas estas políticas provocan, además, pérdida de empleo en el medio rural, que es donde más se necesita. Mientras que se realiza de cara a la galería un discurso de defensa del medio, la realidad es que se está dejando a un sector denominado esencial, como es el primario, a la intemperie, con políticas que ni son verdes ni procuran un desarrollo sostenible y equilibrado.