A pesar de los discursos reiterados sobre el despoblamiento rural, los gobernantes apuestan por reducir los presupuestos europeos que más contribuyen al mantenimiento de los pueblos más desfavorecidos: los de Desarrollo Rural (que bajan casi un 20%) y los de las ayudas directas de la PAC (que se recortan el 9,6%).
Consideramos inaceptable e insuficiente el acuerdo alcanzado por los Jefes de Estado y de Gobierno para el marco financiero de la UE durante el periodo 2021-2027. Lamentamos que mientras se nos piden cada vez más esfuerzos a los agricultores y ganaderos (como las exigencias derivadas del “Paquete Verde”), se recorta el 12% en los fondos agrícolas.
Se trata de gobernantes hipócritas e incoherentes, ya que venden políticas de escaparate verde que tendrán que ser financiadas por los profesionales agrarios. Mientras los agricultores y ganaderos vemos cada vez más recortados los apoyos, se firman acuerdos de libre comercio con terceros países que son puerta de entrada de importaciones que no cumplen con los estándares de calidad, seguridad alimentaria, respeto medio ambiente y bienestar animal de la UE. Acuerdos que son además caldo de cultivo para la competencia desleal y la presión a la baja de los precios en el campo.
Según datos de COAG el acuerdo final recoge un descenso del gasto agrario en términos reales (-12,2%), más drástico en el en el capítulo de desarrollo rural (-19,7%) que en las ayudas directas de la PAC (-9,6%). Este hachazo supone 47.000 millones de euros (repartidos en 7 años) respecto al marco financiero 2014-2020. La pérdida anual ascendería a 6.700 millones de euros en toda la UE, de los que 804 millones € corresponderían a España (dado que la participación de nuestro país en los fondos agrarios es del 12%).
A todo ello se suma el recorte del 50% en los fondos “New Generation”, que se incluyen en la partida de Desarrollo Rural para afrontar la transición verde de Europa. Esta partida pasa de los 15.000 millones que recogía la propuesta de partida de la Comisión Europea a los 7.500 finalmente aprobados, en un acuerdo que recoge que el 40% de las ayudas directas de la PAC estarán condicionadas a acciones para mitigar el cambio climático. Esto es indicativo de la falta de voluntad real de las instituciones comunitarias a la hora de reforzar las políticas de sostenibilidad económica, social y medioambiental, y de esa manera el modelo social y profesional de agricultura y la seguridad alimentaria de Europa.