Denunciamos que la rebaja del IVA hasta junio para determinados alimentos perjudica a los agricultores y productores de leche que estén en el Régimen General de este impuesto, ya que tienen que adelantarlo en sus compras, pero no lo recuperarán hasta dentro de un año. Lo mismo sucede con la ayuda al gasóleo agrario, que se olvida de otra parte del sector.
Los cotizantes del sector agrario que se encuadren en el Régimen General de IVA van a soportar sobre sus espaldas la rebaja de este impuesto para determinados alimentos que ha entrado en vigor con el presente año. Estos profesionales, según la normativa vigente hasta el 30 de junio, han de aplicar el 0% de IVA por las ventas de sus productos, mientras que pagarán el IVA que llevan los suministros que tienen que comprar para desarrollar su trabajo.
Denunciamos que estos agricultores y productores de leche, tras pagar el IVA en el momento de sus compras, no van a poder compensarlo hasta abril o mayo de 2024. De esta forma, una parte de los agricultores y de los ganaderos se verán perjudicados por esta medida aprobada a finales de 2022 por el Gobierno.
Esta situación también afecta a los profesionales agrarios que han permanecido en el Régimen Especial de Agricultura y Ganadería hasta 2022 pero que, por renuncia o exclusión, han comenzado este 2023 dentro del Régimen General: De la parte de su producción de 2022 aún sin vender, y por la que pagaron el IVA correspondiente en sus gastos, no recuperarán el impuesto que han adelantado hasta 2024.
Ya hemos transmitido su queja por esta situación al Gobierno riojano, mientras que COAG ha hecho lo propio al Gobierno estatal. “En una situación de crisis por el aumento de los costes de producción que atravesamos en el sector agrario, el Gobierno debería de haber modificado los plazos en la devolución del IVA soportado durante los meses de vigencia de esta medida, es decir, hasta julio de 2023, y no soportar esta medida en la castigada espalda de muchos agricultores y ganaderos”, señala Óscar Salazar, presidente de la UAGR-COAG.
Esta forma de proceder sin tener en cuenta las características del sector agrario excluye siempre a una parte significativa del mismo. Lo mismo sucede, por ejemplo, con las ayudas al consumo del gasóleo agrícola, que dejan fuera a quienes se desplazan por el monte en vehículo a cuidar el ganado, a los profesionales que venden y reparten sus productos, y a quienes calientan las naves con calefacción de gasóleo (como los champiñoneros o los ganaderos en intensivo).