A pesar de las buenas perspectivas para la próxima cosecha, los agricultores que cultivamos cereales estamos sumidos en graves problemas económicos debido a unos precios inaceptablemente bajos, motivados por las importaciones y la especulación.
Después de 2 años consecutivos de grave sequía, en teoría las buenas perspectivas para la inminente cosecha podrían suponer un alivio para los cultivadores de cereal. Pero todo lo contrario: a pesar de la escasez en los almacenes españoles, la invasión de cereales por los puertos, más la especulación de las empresas intermediarias propician que el desánimo cunda entre los agricultores, ya que no se espera que los precios que perciben por su trabajo remonten en los próximos meses.
Como demuestra cada semana el Observatorio de Precios de la Consejería de Agricultura, los agricultores riojanos están vendiendo el cereal a la mitad de precio del coste de producción:
En estas circunstancias, ni las ayudas compensatorias de la Política Agraria Común sirven para evitarnos las pérdidas. Así lo ve Óscar Salazar, presidente de la UAGR-COAG: “No tiene razón de ser que los precios estén así, dada la escasez de cosecha que hemos tenido en los dos últimos años. Y esto se debe a la especulación que las autoridades permiten en nuestro sector”
La Ley de la cadena tiene que trabajar para un equilibrio cadena de valor
Por este motivo, denunciamos el abuso de las empresas integradoras, de los intermediarios que especulan con el cereal, y de los fondos de inversión que se están haciendo con los mercados agrarios.
“La Ley de la cadena tiene que trabajar para un equilibrio cadena de valor, pero las diferentes autoridades permiten que todos estos especuladores se aprovechen de los agricultores, que nos vemos obligados a vender a pérdidas sin que nadie haga nada. Este año tendremos una cosecha dentro de lo normal, incluso con expectativas de producción algo superiores, pero no nos alegra, porque seguramente vamos a caer de nuevo en pérdidas gracias a esta permisividad con los mercados especulativos”, opina Óscar Salazar.