Las ayudas para alojamiento de temporeros aún necesitan adaptarse más a la realidad del sector agrario

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Las ayudas para la financiación y acondicionamiento de alojamientos para trabajadores temporales han mejorado respecto a la convocatoria del año pasado, ya no exigen la cédula de habitabilidad en reformas de lonjas o pabellones. Pero a nuestro juicio todavía quedarán fuera muchas explotaciones agrarias, ya que siguen existiendo trabas para la reforma de viviendas antiguas.

En estos momentos está abierta la convocatoria de ayudas para reformar, construir o adaptar espacios en los que alojar a los trabajadores desplazados que son contratados para las diferentes campañas agrarias (poda, espergura, desniete, recogida de fruta o vendimia). Aunque respecto a la convocatoria de 2022 se han mejorado algunos requisitos, gracias a nuestras propuestas, todavía queda mucho margen de mejora para que la mayoría del sector agrario pueda acogerse a estas ayudas.

El año pasado la convocatoria de ayudas para reformar y acondicionar lugares en los que alojar a los temporeros se quedó casi desierta, ya que de los 400.000 euros disponibles tan solo se concedieron 34.332,14€, menos del 10%. Esto sucedió porque, aunque para poder solicitar el acondicionamiento de un local o vivienda no se exigían grandes requisitos, a la hora de recibir el pago era necesario tener en vigor la cédula de habitabilidad. Con este requisito, gran parte de las viviendas que querían ser reformadas, y todos los locales que podían acondicionarse para el alojamiento de los temporeros, quedaban fuera de la ayuda. De tal manera que solo se presentaron 6 solicitudes, de las que únicamente 2 fueron concedidas.

Tras nuestra insistencia en ajustar esta ayuda a la realidad de los agricultores, en la convocatoria de este año la Consejería de Agricultura ha accedido a que la cédula de habitabilidad solo tenga que estar en vigor viviendas, no exigiéndose para reformar pabellones o construir locales en las lonjas. De esta forma, más explotaciones agrarias podrán acceder a la ayuda, con lo que los trabajadores temporales dispondrán de mejores alojamientos durante las diferentes campañas.

Pero aparte de lo anterior, recordamos que siguen existiendo requisitos que dificultan la solicitud de estas ayudas, como la proporcionalidad entre el número de plazas a subvencionar y la superficie de la explotación. Esta relación se aleja de la naturaleza del sector agrario, que no se caracteriza precisamente por la regularidad ni la facilidad de previsión de las campañas. Tampoco los factores climáticos, la distribución en distintos territorios de una explotación, o los requerimientos de entrega de las bodegas son tenidos en cuenta al establecer estos requisitos.

Destacamos así mismo el corto periodo de plazo para la ejecución de la obra, o la necesidad de no haber realizado ninguna actividad antes de la subvención, otras de las condiciones que ponen trabas para acceder a la ayuda.

Por tanto, desde la UAGR consideramos la nueva situación como un progreso, pero ve necesario que se siga trabajando en la adaptación de esta ayuda a la realidad del sector agrario riojano.